Camariñas y la
leyenda EL ALMA EN PENA
Aunque es Semana Santa y esta coincide con la XXV Mostra do Encaixe de Camariñas. La leyenda es de Semana Santa y la descripción de Camariñas.
( Otra
semana escribiré la leyenda de la Pirateria de Tierra en A Costa da Morte ).
Camariñas: es un municipio español perteneciente a la provincia
de La Coruña y la comarca de Tierra de
Soneira de la Costa de la Muerte.
Además de la
propia Camariñas, el municipio posee
otros núcleos de población importantes, Camelle
y Ponte do Porto, siendo el primero un puerto pesquero y el segundo un
pueblo comercial. Camelle y Arou fueron
emplazamientos vikingos durante la Edad Media.
En la actualidad
el encaje de bolillos, la pesca, el
marisqueo y el turismo son su principal fuente de riqueza.
También en la
acuicultura Camariñas es un referente
mundial ya que una de las piscifactorias
de pez plano más grande del mundo se encuentra en la zona entre Cabo Vilán
y la Virxe do Monte.
Camelle y Arou, posibles emplazamientos
vikingos en la Edad Media, son los
pueblos de la Costa da Morte que más naufragios han contemplado.
Se ha
relacionado, poco rigurosamente y con muchas dudas al respecto, el elevado
número de naufragios en la Costa da Morte a una práctica históricamente
documentada : la piratería de tierra ( Leyenda para otra semana). Los piratas de tierra, menos conocidos
y populares que los de mar, actuaban principalmente en los finisterres celtas
de Bretaña, Cornualles, Gales, Galicia e Irlanda. Mediante la colocación de
antorchas en los cuernos de las vacas, se desorientaba a los barcos, algunos de
los cuales naufragaban y esparcían por toda la costa su apreciada carga.
En
la iglesia del Espírito Santo de Camelle,
se conserva la campana del buque inglés City
of Agra, naufragado el 3 febrero 1897 en frente de Arou. De los 61 tripulantes, las valerosas gentes
pudieron salvar a 32 marineros, arriesgando sus propias vidas como en tantas
catástrofes marítimas ocurridas en estos lares.
Leyenda :
EL ALMA EN PENA
Pues,señor – dijo la anciana que me refirió este caso-
, era una noche fría y oscura. El señor Pedro
Fonte Xuxente ( hombre de casa grande ) estaba muy tranquilo en su casa y
se disponía a cenar con su mujer y los hijos para luego ir a a costarse y
dormir. De pronto se oyó la voz de Tomás, el criado del señor cura, que desde
el corral decía:
Señor Pedro, señor Pedro; el señor cura me mandó a decirle
que vaya ahora mismo a la rectoral, donde le aguarda para un asunto de mucha
importancia.
El señor
Pedro, que era un buen cristiano y miraba al señor cura como si fuese un santo,
cogió su sombrero, se echó al hombro el
gadaño ( Guadaña, herramienta para segar ) y salió de casa contando en
volver muy pronto.
Pero, para
ir a la rectoral, tenía que pasar por el atrio de la iglesia, que es donde en
los pueblos se entierran a los muertos.
El señor
Pedro era religioso y valiente y muchas veces había andado aquel camino sin que
le hubiese acontecido cosa mala ninguna; así es que no tomaba precaución de
ninguna especie ni se dejaba dominar por los dichos ni los miedos de las gentes
de la aldea para pasar de noche por este lugar. Esta noche hizo lo mismo; salió
contento de poder servir al señor cura y se fue sin preocuparse de lo que
pudiese suceder.
Mas, al
poner el pie en el primer peldaño de la escalera junto al crucero, se quedó
repentinamente como clavado en el suelo; al final de la escalera estaba Don José Maneda, el usurero, envuelto en el
blanco hábito del Carmen con el que lo habían enterrado, hacía tres meses y por
su boca le salían vaharadas de fuego.
¡Jesús,Avemaria Purísima! Exclamó -: Si eres alma del
otro mundo, te conjuro en nombre de Dios y de su único Hijo para que te vuelvas
a tu sepultura y me dejes el paso libre; y si eres espíritu rebelde, que te
vayas a sufrir tu merecido castigo.
E hizo con
el gadaño (guadaña) un círculo en torno de sí y lo agitó en el aire para que el
fantasma no pudiera acercarse. El alma del señor José no se movió, pero habló,
o por lo menos, el señor Pedro percibió estas palabras:
No tengas miedo, Pedro, nada te ha de pasar; yo soy
Jose Maneda, sí, ya sé que me conoces; y te pido perdón por el mal que te he
hecho a ti y a otros vecinos. Mi ambición y codicia de ganar mucho dinero, de
reunir riquezas, fuese como fuese, hicieron que se perdiera mi alma y fui
condenado. Pero con este hábito sagrado que llevo puesto no puedo entrar en el
infierno y tengo que andar penando por el mundo para que alguien pueda contarlo
y quitármelo de encima y así poder cumplir el castigo y pagar mi pecado.
Y después de
decir esto, el fantasma, que ya había bajado las escaleras, se acercó al
círculo en cuyo centro estaba Pedro y empezó a dar vueltas alrededor,
pidiéndole que le cortara el hábito para librarle de penar por el mundo.
Dispuesto Pedro a cumplir el mandato
divino, levantó el gadaño (guadaña) y, aprovechando una de las vueltas del
usurero, le rasgó el hábito de arriba abajo. Oyó entonces un terrible
juramento, se abrió el suelo con un trueno estremecedor y entre una llamarada
horrible desapareció por aquel agujero el fantasma del señor José, volviendo a
cerrarse la cueva, que quedó como sellada por un pequeño barrizal de agua negra
y maloliente, sin dejar rastro.
Casi
arrastrándose, temblando, agobiado por el miedo y el frio, olvidándose del
recado del señor cura y medio muerto por la impresión, pudo Pedro volver a
casa.
Pero, cuando
su mujer y los hijos le vieron, admiráronse al observar que la cabeza de su
padre se había cubierto de nevadas canas, surcando sus mejillas profundas
arrugas que destacaban en su pálida faz, descolorida como si estuviera muerto;
y más, cuando con voz desvanecida, apenas perceptible, pedía confesarse por
creer que había llegado su última hora.
Y en efecto, al día siguiente, después de confesarse y
contar lo que había sucedido, siendo las doce de la mañana, dejaba esta vida el
señor Pedro Fonte Xuxente.
Así me lo contó la anciana
y así lo cuento. ( Feliz Semana Santa a
todos).
Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega
Fotografías en :
http://alianzagalega.blogspot.com.es/
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