LA LEYENDA DE SAN ANDRES DE TEIXIDO (2)
En el ayuntamiento de Cedeira, partido judicial de Ortigueira, y en la escarpada sierra de
la Capelada, por la parte que
desciende hasta el Atlántico, en una
ribera inabordable por el constante batir del agitado mar, hay un santuario
famoso en Galicia, al que acuden las
gentes de toda la región y aun muchas de León
y Asturias.
Este santuario es el
de San Andrés de Teixido, al cual,
según la conocida frase legendaria, <<vai de morto o que non vai de vivo>>
(<< va de muerto el que no va de vivo>>).
Hoy es relativamente
fácil el acercarse allí, porque los automóviles van ligeros y pueden ir hasta Chimper, pequeña aldea al pie de la
montaña, que es preciso subir andando y después recorrer un buen espacio por la
cumbre para descender al fin por el declive de la parte opuesta; pero
antiguamente, las gentes de lugares lejanos tenían que hacer grandes caminatas,
e iban en grupos con un guía que les enseñase el camino y los sitios apropiados
para pasar la noche, si esto se hiciese necesario por ser de aldeas o villas
muy lejanas.
Y como aquellos que no
pudieran haber hecho la romería de vivos tienen que hacerla después de muertos,
hay la creencia de que las alimañas, reptiles, etc., sirven de vehículo para
las almas que hacen en el cuerpo de un lagarto, una serpiente o una garduña la
obligada visita a San Andrés de Teixido.
Y por esto nadie hacia
el menor daño a ningún animalucho que encuentre en su camino cuando va hacia la
romería.
La leyenda del porqué
de esto es la siguiente:
El santo apóstol San Andrés, que se encontraba en aquel
apartado rincón, aislado y solitario, andaba casi siempre triste, sabiendo que
grandes peregrinaciones de todas las partes del mundo cristiano acudían a Santiago de Compostela para hacer oración
ante la tumba del Apóstol Santiago,
a pesar de las penalidades que tenían que sufrir. En cambio, su santuario se
veía vacío, por más que él hacía también milagros y sanaba enfermos, que serían
incurables sin su ayuda protectora.
Y dice la leyenda que
el buen San Andrés recorría los caminos
melancólicamente; diríamos que malhumorado si no fuese santo; en fin, si no
malhumorado, muy contento no debía andar tampoco.
Un día, durante una de
las largas caminatas en que iba cavilando en su poca suerte, se halló
repentinamente ante Nuestro Señor Jesús
Cristo, que había venido a nuestra tierra para ver cómo andaban las cosas.
Al verlo, el Señor le preguntó: -¿Te
veo triste, Andrés; ¿qué es 1o que te pasa?
Y San Andrés, aprovechando la ocasión, le respondió: -Divino
Maestro: ando triste porque veo que de todo el mundo vienen gentes a visitar a
tu discípulo Sant.Yago, que está en buena tierra y tiene buenos caminos para
llegar hasta él; y sufren y padecen durante los largos días de las lejanas
jornadas que dura su romería...--y con toda humildad, añadió--:
En cambio, nadie llega hasta mí; mi santuario está siempre vacío, como si yo no
fuese también vuestro discípulo, no menos fiel y celoso del bien de todos los
hombres.
Nuestro Señor, compadecido y mirándole con cariño, le dijo entonces: -Dices
bien, Andrés, y tú no has de ser menos que Jacobo. De hoy en adelante te
prometo que nadie entrará en el cielo sin que haya visitado tu santuario, por
lo menos una vez en la vida; y aquel que no lo hiciere de vivo tendrá que
hacerlo después de muerto.
Y así fue, y por eso
se dice:
A San Andrés de Teixido,
vai de morto o que non vai de vivo.
(A San Andrés der Teixido,
Va de muerto el que no va de vivo).
Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega
No hay comentarios:
Publicar un comentario