sábado, 28 de febrero de 2015

RIBEIRA SACRA – CHANTADA XXXIII FEIRA DE VIÑO Leyenda :La dama del Castro de Gundivós
















RIBEIRA SACRA – CHANTADA
XXXIII FEIRA DE VIÑO
Leyenda :La  dama del Castro de Gundivós

Chantada: De la provincia de Lugo . Su comarca posee un patrimonio rico en románico, vino y leyendas. Chantada da nombre, además de a la propia ciudad, a toda la comarca, de la que también se dice que es "corazón de Galicia" por encontrarse al lado del centro geográfico de esta comunidad.
El nombre de la villa se dice que viene de una leyenda, que cuenta que un día una mujer chantadina iba por el pueblo de Belesar, al sur de la villa, transportando una gran piedra por toda la Ribeira Sacra. La mujer se cansó y dijo la siguiente expresión en gallego: «Ala, aí vos queda, chantada no chan» que significa en español: «Ala, ahí os queda, clavada en el suelo».
Ribeira Sacra :El topónimo "Ribeira Sacra" podría proceder de la Edad Media y, en un principio, se pensó que el origen de su denominación estaría en el latín "Rivoira Sacrata" y que podría responder a la gran cantidad de monasterios y templos ubicados en los monumentales cañones y escarpadas laderas que jalonan la zona. Actualmente se pueden visitar 18 monasterios en los que cabe destacar el recientemente creado Parador de San Estevo de Ribas de Sil, en el Ayuntamiento de Nogueira de Ramuín (Orense), y el de Monforte de Lemos (la mayor parte del tramo del Cañón discurre en el concello de Pantón en la provincia de Lugo).
Vinos :El amparo de los ríos aporta un microclima a la zona, que con la orientación sur de las pronunciadas laderas favorecen la correcta maduración que las uvas necesitan para la elaboración de unos caldos que en ya en época de los romanos eran descritos como Oro líquido del Sil.
Las uvas más reconocidas son : Godello , Mencia, Brancellao y Merenzao

LA DAMA DEL CASTRO DE GUNDIVÓS

Me contó cierto día el viejo Salvador, de Canabal, que había oído decir a su abuelo que, siendo este mozo, hablábase de una dama del castro de Gundivós, que se casó con un muchacho de aquella parroquia, y que la cosa aconteció de la siguiente forma.
Martiño era un mozo muy atrevido y alegre, robusto y gentil. Gustaba de bailar y divertirse en las romerías y foliadas y charlar con las mocitas; y no cantaba mal y sabía contestar a las cantigas de las rapazas en las retesías (Chanzas y puyas entre un hombre y una mujer) con una gracia y una intención que eran dignas de oírse. Este mozo había andado en las partidas de guerrilleros que se formaron contra los franceses de Napoleón y se decía que había luchado bravamente contra ellos.
Una mañana del mes de Marzo, muy temprano, andaba Martiño en el monte cortando malezas y retamas, cuando de pronto oyó hablar en un tono muy dulce a una mujer que hasta entonces no había visto.

Ai mozo ¿e ti quereríasme facer un grande servizo?
Ay mozo ¿me querrías hacer un gran favor?

Martiño miró hacia donde sonaba aquella voz y vio una joven dama, rubia y muy hermosa, la cual no conocía ni jamás la había visto.
Aunque extrañado de aquello que no acertaba a comprender, porque allí no había casa ninguna de señores, el mozo, sin aturdirse, respondió.

Que eu poida, eu vou facer o que quere.
Como pueda, haré lo que usted quiera.

Entonces la dama le dijo que la siguiera, y el la siguió; y llegaron a un lugar desde el cual se veía unos grandes peñascos; y entre ellos le dijo la señora que había una cueva, y después le explicó todo cuanto debería hacer dos días después, añadiendo que si lo hacía, habría de conseguir mucho bien, y que ella le haría un gran regalo que seguramente lo agradecería mucho.
Martiño no se amedrentó, a pesar de haberse dado cuenta de que en aquello había algo de encantamiento; y pasados los dos días, hizo todo tal como le había dicho aquella dama.
Cuando se acercó a la boca de la cueva, le salieron al encuentro dos perros grandísimos y muy fieros, mostrando los dientes y dispuestos a hacerle pedazos; pero él les echó un cordero muerto y desollado que llevaba; y, cuando obedeciendo a su instinto a al hambre que tenían los animales se arrojaron sobre el cordero, Martiño, con dos rápidos golpes de guadaña (Herramienta agrícola compuesta de una cuchilla curva insertada en un palo, usada para segar hierba) les segó la cabeza, y seguidamente entró en la cueva, llevando en una mano la guadaña y en la otra una tea encendida.
Dentro de la cueva vio resplandores por todos los rincones, como si la luz se reflejara en espejos o vidrios de mil colores. Y entonces apareció la dama con una regazada de cadenas y cordones de oro, pendientes, collares, anillos y peines de oro y piedras brillantes como estrellas, y muchas cosas más, todo de gran valor y riqueza. Y la dama le dijo:

Saír rapidamente, e pronto.
Salgamos en seguida, y pronto.

Martiño tiró la tea al suelo y, cogiendo a la dama de un brazo, huyó con ella hacia la salida de la caverna. Y cuando ya estaba en la boca de ella, oyeron un gran estruendo, como si dentro de la cueva se hicieran añicos todos los vidrios y columnas y cayeran vigas y piedras con un ruido estremecedor. Miraron instintivamente hacia atrás y vieron la cueva obstruida con grandes rocas y pedruscos, que si tardaran un instante más en salir, allí les habrían aplastado y enterrado.
Martiño condujo a la dama hasta su casa y la presentó a sus padres, contándoles su aventura. Y poco tiempo después se casó con la dama. Y esta era una señora fidalga y la más hermosa mujer de todas cuantas se pudieran ver en diez leguas a la redonda, y hablaba muy dulcemente, y fue estimada de todos los vecinos. Y con todo aquel oro que habían sacado del encanto hicieron una gran casa y compraron tierras y:

Fueron felices y comieron “PULPO A FEIRA“ o perdices ?????




Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega

sábado, 21 de febrero de 2015

O Barco de Valdeorras Leyenda : D. Roldán y las tres princesas















O Barco de Valdeorras
Leyenda : D. Roldán y  las tres princesas

O Barco de Valdeorras1 (En castellano : El Barco de Valdeorras) es un municipio situado en el extremo nororiental de la provincia de Orense (España).  Localizado en el fondo del valle del Sil, bajo la Serra do Eixo.
En algunas cuevas de la Sierra de la Lastra se encontraron restos humanos primitivos. En lugares próximos a El Barco hay petroglifos y asentamientos castreños. Los Gegurros, uno de los 22 pueblos que formaban parte del convento asturicense, eran los antiguos pobladores de estas tierras y de ese gentilicio deriva el topónimo actual de la comarca (Val-de-giorres).
La romanización fue intensa en un territorio tan estratégico como rico en minerales. Entre las Médulas y Montefurado son frecuentes las huellas de la actividad extractora del oro. Por Valdeorras pasaba la Vía Nova (la XVIII del itinerario de Antonino), que unía Braga y Astorga, y otras vías secundarias que obligaron a construir puentes que son testigo de aquella época.
En la Edad Media el Señorío de Valdeorras fue administrado por la nobleza. Condes de Lemos, Marqueses de Villafranca y Condes de Ribadavia fueron marcando sus destinos. La fortaleza del Castro es el referente de aquella época. Esta pequeña villa fue cabeza de jurisdicción hasta comienzos del siglo XIX. Los monasterios de la vecina comarca del Bierzo y la Orden de San Juan de Jerusalén compartieron con la nobleza la administración de estas tierras. De la Alta Edad Media destaca el complejo románico de San Miguel de Xagoaza, perteneciente a la Orden de Malta.
En 1809 grupos de guerrilleros valdeorreses bajo el mando del Abad de Casoio impidieron, en Sobradelo, el paso de las tropas francesas del mariscal Soult. A finales de ese mismo siglo, Valdeorras, que estuvo representada en las Cortes de Cádiz por el párroco de Vilamartin, el liberal Ruíz de Padrón, se abre al mundo moderno con el ferrocarril, que llega en 1883, pocos años antes de construirse en El Barco el puente de San Fernando, esencial para mejorar la comunicación de la comarca.


DON ROLDÁN Y LAS TRES PRINCESAS

Hace muchísimos años que esta leyenda viene conservándose, pasando de abuelos a nietos. Yo no la he recogido de ninguno de mis abuelos, pero si de un viejecito del Barco de Valdeorras, cierta noche en la que yendo hacia la hermosa ciudad en que nací ( Santiago de Compòstela ) en el año 1984 o 1985. Aquel viejecito, siendo el un rapaz ( jovencito ), escuchó la historia de boca de un ciego que andaba por ferias y romerías cantando esta y otras, esta especialmente, no la olvidó  jamás porque, además de parecerle una muy linda historia <<en por sí>>, referíase a las tierras de ORRAS, es decir, a su propia comarca; tal circunstancia le hizo poner en ella todo su interés . Y aunque no podía recordarla tal y como el ciego la cantaba, él me la conto a su manera, y yo la escribo a la mia.
Cuando los moros asoballaron ( avasallaron ) España, los gallegos fueron los únicos que se vieron, en parte, libres de ellos, gracias a que pelearon muy fieramente. Por veces las moros penetraban en algunos lugares de nuestra tierra; pero enseguida eran arrojados nuevamente de ella, y aun de las comarcas vecinas de Asturias o León.
Pero los moros eran muchos y muy poderosos, por lo que hubo muchos años de luchas que unas veces los llevaban hacia adelante y otras hacia atrás. Reinando D. Alfonso II, que tenía su corte en una parte de Asturias que era de Galicia, se acordó pedir auxilio a otro gran rey muy famoso y renombrado que había en Francia.
Este rey que le llamaban Carlomagno que era muy buen cristiano, vino a ayudar a los españoles, y traía con él muchos guerreros comandados por unos jefes que se decían que eran los doce Pares de Francia, que no había quien pudiese con ellos. Y todos venia a luchar contra los moros, que eran enemigos de Dios y de Jesús Cristo.
Los moros, cuando vieron venir tanta gente encima de ellos, luego tomaron miedo y retrocedieron; pero, del coraje que llevaban, empezaron a apoderarse de cuanto podían y, sorprendiendo algunos poblados y castillos sobre los cuales cayeron como una tormenta arrasándolo todo, llevaron prisioneros algunos condes, y hasta dícese que cogieron tres princesas, para que le sirvieran de rehenes.
A  Galicia vinieron pocos franceses porque los gallegos se bastaban a si mismos; sin embargo, un grupo de aquellos que hasta aquí llegó, venían comandados por D. Roldán, uno de los más valientes de los doce Pares.
Los moros retrocedieron hasta el Val de Orras; pasaron el rio Sil en barcas y pontones que después quemaron y se consolidaron al otro lado.
Pero Roldán, como supo que los moros tenían cautivas aquellas princesas, quiso libertarlas, a pesar de que los mahometanos las llevaron al castillo en la cima del mon te, en un lugar  llamado Castro, de la feligresía de San Bernabeu de Valenza.
Intentó pasar el rio con algunos caballeros valerosos; pero las aguas iban muy crecidas y turbulentas y pronto tuvieron que volver a tierra.
Dicen que D. Roldán era santo, y tal vez lo fuese, pues la idea que se le ocurrió sólo de Dios podía venir, ya que de no ser un milagro nadie podría hacer lo que el hizo.
Caminó montado en su caballo por la ribera, buscó el lugar más adecuado frente al casytro del castillo; picó espuelas al caballo, que dio un tremendo bote, y fue a caer al otro lado del rio, enfrente del mismísimo castillo.
Vieron los moros aquella hazaña portentosa y tal miedo cobraron, que huyeron cada cual como pudo. Pero les fue imposible llevar con ellos a los prisioneros y mucho menos a las princesas.
Entonces los magos gentiles, para vengarse, encantaron a las tres princesas, convirtiéndolas en piedras.
Y allí están todavía los tres grandes peñascos de blanco cuarzo clavados en el suelo, como si mirasen con nostalgia hacia su tierra perdida.
¿ Quién podrá desencantarlas algún día?.

Habrá otra leyenda de desencantamiento. ?????




Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega


viernes, 13 de febrero de 2015

Sarria – Fontao – Castelo dos sete infantes . Leyenda : “ O CASTELO DOS SETE INFANTES”
















Sarria – Fontao – Castelo dos sete infantes .
Leyenda : “ O CASTELO DOS SETE INFANTES”


Sarria es una población de la provincia de Lugo (España).
Está dentro de la ruta del Camino de Santiago. Entre sus monumentos destaca la Torre la Fortaleza de los Marqueses de Sarria, único elemento superviviente de la Fortaleza y el Monasterio de la Magdalena construido en el siglo XIII. En total, en todo el ayuntamiento se pueden encontrar hasta 20 iglesias de la época románica.
La zona donde más tarde estaría localizada Sarria y su comarca ya estaba habitada en épocas anteriores. De aquella época quedan numerosos restos arqueológicos como pueden ser Insculturas (o grabados en las rocas) en las parroquias de Maside y Barbadelo, Dólmenes en Santa Marta, Arxemil, Vilamaior y sobre todos los castros  (poblados de origen prerromano por los Seurros que sobrevivieron en algunos casos hasta la Edad Media). Destacan los castros de San Cosme da Pena, Outeiro de Goián, As Paredes de Barbadelo, Santo Estevo de Maside, Calvor, Mundín, Teilonxe, Santa Icía en tierras de Froián, San Miguel de Vilapedre, Tremeado, Padriñán, Betote y Tosal.
En el periodo suevo se localizó el condado sarriense en la zona que va desde el Neira hasta el Sil,  abarcando tierras de O Cebreiro, Valcarce y Caurel. El resto de la comarca sarriana pertenecía al condado paramense.
La fundación del monasterio de Santo Estevo de Calvor "in villa histórica" está datada en el año 785. En el primer período medieval hay que destacar que se consolida el Condado de Sarria, en el que sus tenientes llevaban ya a partir del siglo X, el nombre de "Comes in Sarria" o "Comes in Elarín", ya que en Larín (Láncara) estaba la "Vila Real" donde residían los merinos y jueces reales que tenían jurisdicción entre Miño y Sil,  y en algunos casos "hasta la orilla del mar".
Además del condado sámense, normalmente vinculado al condado de Lemos y a la familia real, hubo otras tenencias en Louseiro y Froián, así como una "mandatio" en Barbadelo, junto con posesiones ligadas a los reyes en Louseiro y San Cosmede.



LEYENDA DE LOS SIETE INFANTES

En la parroquia rural de San Martin de Fontao, perteneciente al ayuntamiento de Sarria (Lugo), hay una aldea llamada “ Castelo dos sete Infantes”. En esta aldea, en la cual existía un gran pazo no hace muchos años, hay una leyenda que dio origen al nombre del lugar, y es la siguiente.
Dícese que antes del pazo había allí un castillo perteneciente al señorío de los señores de Gayoso, uno de los cuales, joven caballero que poco después de haberse casado salió a pelear al lado del rey por tierras de los santos lugares, como otros tantos nobles gallegos, marchó con la esperanza de volver al cabo de un tiempo para poder asistir al nacimiento de su hijo primogénito.
Pero aconteció que llegado aquel momento, la esposa del joven guerrero dio a luz a siete infantitos, sin que su marido hubiera estado presente, como había mostrado deseos de hacerlo en el momento de partir hacia la guerra.
Horrorizada la joven señora ante tan numerosa cantidad de hijos, decidió conservar el primeramente nacido y hacer desaparecer a los otros seis, que creyó sólo habrían de depararle perjuicios y pesares sin cuento.
Y dice la leyenda que encargó a una de sus sirvientas de toda confianza que los metiese en una cesta y fuese a tirarlos al río.
La sirvienta se dispuso a cumplir la orden y, portando la cesta sobre la cabeza con los seis sentenciados infantitos cubiertos por una manta, se encaminó hacia la ribera del río donde tenía que arrojarlos para ahogarlos.
Pero en el camino se encontró con un caballero que le preguntó de dónde era: y al responderle que servía en el castillo de Gayoso, el caballero le pidió noticias de cómo estaba la señora. Díjole la sirvienta que la señora había sido madre de un hermoso niño, lo que produjo gran satisfacción al caballero.
Después este, curioso, le preguntó qué era lo que portaba en aquella cesta tan grande; a lo cual ella, sorprendida, respondió que eran unos perros recién nacidos que iba a tirar al río.
-Caramba – exclamó el caballero, -pueden ser hermosos perros de cazay añadió -: déjame que los vea-.
-No, señor- respondió la mujer, aterrada, -Yo he de cumplir con la orden dada-.

Pero entonces un niño empezó a llorar y el caballero, rápidamente, levantó la manta, viendo con asombro que no había perros, que eran seis niños lo que la mujer llevaba en la cesta.

¡Acompáñame! le ordenó el caballero-. De estos niños me encargaré yo. Pero has de guardar secreto de esto o diré que te vi arrojar a los infantes al río y serás descuartizada por tu crimen.

Aquel caballero, que era el padre de los infantes, llevó a estos a casa de uno de sus vasallos, al cual encomendó la crianza de los niños, y se fue después a su castillo, donde celebró una fiesta por su llegada y por el nacimiento de su primogénito.
De lo demás nadie supo nada.
Fueron pasando los años. El primogénito iba creciendo y educándose en el castillo, instruyéndose en el ejercicio de las armas, de la caza y  de las humanidades, como convenia a su condición, hasta que llegó el dia de su mayoría de edad. Entonces se preparó en el castillo todo lo necesario para la gran fiesta.
Pronto los gritos de los vasallos que llenaban el patio del castillo resonaron con alborozo y las gaitas y panderos lanzaban sus sonidos mas alegres.
De pronto, el señor Gayoso pidió a todos unos momentos de silencio y dirigiéndose a sus amigos y vasallos, grito:

Ahora vais a conocer no sólo a este querido hijo mío a quien agasajamos hoy, sino a sus otros seis hermanos gemelos que mi compadre señor de Osorio me ha hecho el favor de criar y educar, y los cuales merecen también mi amor y los honores de mi casa, que es la suya.

Y al compás de una marcha solemne entraron en el gran patio los seis infantes con su ayo el señor Osorio, entre las aclamciones de todos los presentes.
Pero la esposa del señor Gayoso, al ver a los hijos que ella creía muertos y desaparecidos, sufrió tan fuerte impresión, que falleció repentinamente.






Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega