sábado, 13 de diciembre de 2014

San Cibrao das Viñas y la leyenda “ EL POZO DE XILA “















San Cibrao das Viñas y la leyenda “ EL POZO DE XILA “

San Cibrao das Viñas: ( En castellano: San Ciprián de Viñas). Regado por el río Barbaña.
 La primera actividad humana en el municipio de San Cibrao das Viñas, se remonta a épocas prehistóricas, constancia de ello nos dejan los yacimientos que podremos visitar en la parroquia de Sta. Comba de Gargantós y en la de Pazos de San Clodio (hoy en día desaparecido bajo el polígono industrial).
Este municipio cuenta también con varios vestigios del s. III como la antigua vía romana. También de la época romana, fueron encontrados dos milenarios en el año 1972, que actualmente constituyen el pedestal del altar de la capilla de Santo Cristo.
En la actualidad, el municipio de San Cibrao das Viñas, constituye una de las más importantes áreas de expansión industrial de Galicia. En él se encuentra ubicado el "Polígono Industrial de San Cibrao das Viñas" uno de los más antiguos de Galicia.
Algunos de los puntos de interés que también nos ofrece el municipio, son sus interesantes rutas de senderismo en las que podremos disfrutar de la belleza de sus espacios naturales. San Cibrao goza de una gran riqueza cultural que abarca, parajes, iglesias o pazos entre los que destacaremos los siguientes:
La iglesia de Rante: Conserva arcos románicos, con bolas, neutralizados en el campanario moderno, así como dos corderos y perros.
Capilla del Santo Cristo: De tipo románico, tiene una talla en piedra policroma que representa a la Virgen de Belén.
Iglesia de San Ildefonso: De Carácter renacentista. Cuenta la leyenda que fue construida por las noches a escondidas de los orensanos, por ello tiene relación la lucha de los vecinos de esta villa.
O Pazo de Noalla: Tiene dos patios a distinta altura con portalones, balaustrada, palomar, lagar, etc
La Casa Solariega: Dispone de una fachada grande, ventanas, balcones, galerías, patio interior con arcos y escaleras.
Capilla de San Roque: Está formada de atrio porticado, fuste liso, capitel Dórico y decoración Geométrica.



LA LEYENDA

EL POZO DA XILA

Esta leyenda la comentaba un viejo campesino llamado Salvador, de Canabal, que era más aficionado a los libros que a sus labores del campo. Decia que la había sacado de unos manuscritos muy antiguos en idioma de castellano antiguo, que le había regalado un sacerdote. El manuscrito  no lo pude ver nunca, hasta que un dia dijo que se lo habían roído los ratones.
Cerca de un molino que había a la orilla del rio Barbaña, en los arrabales de Ourense, vivía un hombre que se llamaba Isidro, que tenia la aceña ( molino instalado en la orilla de un rio ) a su cuidado. Era vasallo del conde de Castel-Ramiro, al cual odiaba profundamente porque dicho conde había violado a su mujer, que era garbosa, y fue la causa de su muerte.
Isidro tenía una hija, más hermosa aún de lo que había sido su madre. Isidro vigilaba y guardaba a esta hija como un tesoro, por temor a que el mismo conde u otro señor cualquiera la conociese y también pretendiera forzarla.
Pero Isidro tenía que ir algunas veces a la ciudad; en una de estas aconteció que un hijo del mismo conde de Castel-Ramiro, joven gentil y fuerte, acertó a pasar al lado del molino cuando Xila, la hija de Isidro, estaba lavándose las lindas piernas en el rio. El hidalgo contempló a la rapaza, que era como un sol, y sintió el deseo de hacerla suya. La muchacha, ante aquel hombre que la miraba fijamente, avergonzada y temerosa, colorada como una cereza, intentó huir; pero él, riéndose de sus miedos y rubores, corrió tras de ella y, alcanzándola cuando ya iba a entrar en el molino, le impidió cerrar la puerta.
Xila, que no sabía de amor, se sintió aprisionada por las palabras y las caricias de aquel mozo que había hecho despertar en su corazón sensaciones y sentimientos insospechados para ella. Desde entonces los dos jóvenes amantes se veían algunas veces durante las ausencias del padre de Xila, o cuando la joven iba al monte en busca de leña para el hogar.
Pero el padre, siempre vigilante, sospechó pronto lo que sucedía y pudo comprobar que su hija había también caído en las redes del demonio.
El pobre hombre creyó enloquecer de coraje; pero tuvo ánimo para contener los arrebatos de su  odio y vigiló cautelosamente, hasta que una tarde pudo sorprender al joven hidalgo cuando volvía confiadamente de sus expansiones amorosas con Xila y, echándose repentinamente sobre él, le clavó un cuchillo en el corazón.
El conde sospechó en seguida que el molinero pudiera tener parte en la muerte de su hijo y envió sus criados para que llevaran a Isidro a su presencia. Era tanto el odio del molinero, que se descubrió al momento y fue ahorcado.
Y tantas fueron las desgracias que cayeron juntas sobre la desdichada Xila, que no podía soportarlas. Su juicio desvarió, y en un rapto de locura, como una nueva Ofelia, se arrojó al pozo, que cerca del molino, el rio formaba.
Por eso le llaman desde entonces a aquel lugar “ El pozo de Xila “.

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